Quizá se deba a un mal comportamiento por su parte o tal vez a un episodio de miedo aislado pero, en ocasiones, nuestro perro bull terrier miniatura puede mostrarse agresivo en determinados momentos. Para evitar o rebajar las tensiones cuando esto suceda, es conveniente saber cómo actuar y, sobre todo, hacerlo cuanto antes para que un hecho puntual no vaya a mayores o termine por convertirse en un recurso habitual en el perro. Descartado un mal comportamiento, en este artículo os damos consejos muy útiles para corregir esta actitud en el bull terrier mini, llega el momento de encontrar qué hecho ha desencadenado esta actitud agresiva en nuestro bull terrier miniatura.
Saber encontrar los factores que desencadenan esta actitud y los motivos por los que el mini bull se muestra agresivo es de gran importancia para que este hecho no vuelva a ocurrir. A su vez, tener a nuestro alcance una serie de recursos o consejos para combatir la agresividad del mini bull nos permitirá controlar esta situación para ponerle fin.
Pueden ser muchos los hechos que hacen que un perro se muestre agresivo en momentos concretos. Ya sea por miedo o como un mecanismo de defensa, hay instantes en los que vemos que nuestro bull terrier miniatura cambia su actitud para pasar a otra más defensiva. Encontrar los desencadenantes de esta actitud y evitarlos en la medida de lo posible será de gran ayuda para que el mini bull siga mostrando su carácter habitual.
Para intentar combatir situaciones de agresividad en nuestro perro, lo primero que hay que saber es que esto es un trabajo a medio y largo plazo pues, intentar cambiar este tipo de comportamientos o actitudes, requieren de cierto tiempo y mucha constancia. Sin duda, para empezar con este cambio, debemos ofrecerle al bull terrier mini una correcta educación o adiestramiento para que empiece a aprender qué tipo de comportamientos están bien y cuales debe corregir. Para que logre entenderlo, una buena idea es premiarle con pequeños regalos en forma de comida cada vez que haga una buena acción.
Nuestra actitud también será determinante a la hora de reaccionar ante un episodio de agresividad. Si reaccionamos de manera tranquila, con una actitud dominante y sabiendo en todo momento lo que debemos hacer, nuestro perro entenderá que somos nosotros los que controlamos la situación. Por último, si vemos que con el tiempo la agresividad de nuestro perro no disminuye o por el contrario aumenta, sería una buena idea el plantearnos contar con la ayuda de un etólogo o adiestrador que nos ayude con esta difícil tarea.