¿Te gusta el Bull terrier y tienes curiosidad por saber cuáles son los orígenes de esta curiosa raza? ¿Sabes de dónde proceden estos perros de compañía tan característicos y por qué los criadores se preocuparon tanto por ellos?
Te comentamos cuáles son los orígenes de este curioso animal de compañía que nos tiene enamorados y enamoradas…
El Bull terrier inglés es una raza de perros de la familia terrier que se caracteriza por la forma de su cabeza alargada y curvada, tronco robusto y pequeños ojos con forma triangular. Suelen ser graciosos, activos y les gusta divertirse, además de ser cariñosos.
Hace ya muchos años, por el siglo XIX, los criadores de perros consideraron que si cruzaban bulldogs con terriers podrían llegar a conseguir perros más aptos para las peleas, dando esta mezcla a un perro fuerte y resistente como los Bulldog y ágil y valiente como los terriers. Una raza canina muy popular para amantes de las peleas ilegales de perros, sobre todo en Birmingham y Londres.
Pero esto ya no parecía ser suficiente. Un criador en concreto buscaba algo más y quiso que no solo fueran canes aptos para las peleas, sino que tuvieran una mejor presencia visual, porque la estética también le importaba. Así fue como James Hinks dio un paso más allá en lo que hoy sería la raza Bull Terrier.
Los orígenes de los BullTerrier podrían estar relacionados con James Hinks, quien, tras varios años de experiencia, presentó esta raza en la década de 1850. Estuvo durante varios años cruzando English White Terrier con perros bull y terrier para conseguir crear un perro de buen aspecto y capacitado para las peleas.
Buscaba probablemente eliminar rasgos menos deseables como las extremidades posteriores tan anguladas, el prognatismo y el dorso cóncavo, y buscaba lograr otras más deseables como fuerza y mayor tamaño.
Tras un tiempo, y probablemente del cruce del Perdiguero de Burgos se consiguió un luchador imponente y atractivo. Su espíritu luchador al máximo hizo que se convirtiera en un campeón en las pistas incluso ante perros más grandes.
También era bueno en otro deporte popularizado por aquel entonces en Inglaterra, cazar ratas.
Pero lo que más preocupaba a su creador no era tanto el que fuera un gran luchador sino que destacara en eventos de belleza. En la década de 1860, los jueces de estos eventos tenían cierta predilección por el Bull Terrier blanco en su totalidad.
Por eso, Hinks empezó a aparear machos y hembras blancas, incluso introduciendo genética Dálmata, para conseguir bull terriers blancos, por eso y por su carácter se les conoce también como “Caballero Blanco”.
Su primer triunfo en los orígenes de esta raza fue la primera hembra totalmente blanca llamada Puss, que tuvo gran éxito en un concurso en el año 1863. Actualmente, hay bull terrier blanco y de color.
Tras esta nueva inclusión de la genética Dálmata, podemos decir que el Bull Terrier descendería de las (en la actualidad no existentes) razas Old English Bulldog y Old English Terrier con ciertos tintes genéticos de los dálmatas.
Como esta raza canina fue destacando en certámenes de perros, los bulls fueron considerándose como perros de compañía, por lo que se lograron mascotas pacíficas y de compañía. Con cariño y buena educación son perros mansos, sociables, juguetones y que dan mucha compañía.
El bull de ahora no tiene nada que ver con el primer Bull Terrier conocido en el siglo XIX. No se les conoce su pasado de luchadores agresivos, a menos que sean educados para ello por entrenadores que lo buscan expresamente para que destaquen en peleas ilegales. No son perros de guarda, si bien, solo con su imponente aspecto, realizan esa función de manera indirecta.
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